Desde pequeños nos acostumbramos a que la luna cambie. Siempre está de diferente tamaño, con diferente luminosidad, a veces no sabemos si va o si viene, si está creciendo o menguando. Es una "irregularidad" en nuestra vida cotidiana con la que nos acostumbramos a vivir.
La Luna cambia siempre, y nos preguntamos ¿qué significa que cambie?, ¿cuál es la diferencia entre luna creciente y luna menguante? ¿Que significa que esté llena? ¿Por qué cuando es nueva no se ve?¿Qué esta gestando cuando se esconde? ¿qué festeja cuando ésta redonda y blanca?.
Las Lunas Nuevas marcan el principio de un ciclo de aproximadamente 28 días. Es tiempo de sembrar, es tiempo de iniciar. Si queremos que algo fertilice y crezca, es el momento para llevarlo a cabo.
Las Lunas Llenas en cambio son la culminación, es decir la etapa de plenitud, de un ciclo que empezó 14 días antes, en la luna nueva. En luna llena es tiempo de observar qué necesitamos traer a la conciencia y hacer balance.
Estar atentos a las lunaciones nos ayuda a fluir con el ritmo que de la vida. Ajustamos nuestras actividades, casi sin darnos cuenta, a la alternancia del sol y la luna; y a menos que tengamos trabajos que son específicamente nocturnos, hacemos nuestras actividades de día y descansamos de noche, y si debemos modificarlo, sentimos que vamos "en contra" de corriente.
Hay ciclos personales y ciclos colectivos. Cuando observamos los cambios de la luna en el cielo somos testigos de un ciclo colectivo, y en consecuencia nos afecta a todos.
Algo para tener en cuenta cuando estudiamos una carta natal es el signo y el elemento en el que se encuentra la luna.
La luna tiene un ciclo de 28 días, cada dos días y medio cambia de signo, y de acuerdo al signo que transita será su energía.
De esta manera Aries, Leo, y Sagitario nos dará una luna de fuego. Tauro, Virgo y Capricornio una luna de tierra. Géminis, Libra y Acuario una luna de aire. Y por último Cáncer, Escorpio y Piscis una luna de agua.
El fuego es un elemento activo, masculino, Es el principio de la acción. Siempre está en movimiento, no hay fuego estático Simboliza cambio y evolución. Es afín con las emociones activas y dinámicas como la cólera, el júbilo, el entusiasmo.
Las lunas de fuego son adecuadas para todo aquello que implique o necesite movimiento, pasión, impulso, actividad, empuje, voluntad.
La tierra es un elemento pasivo, femenino. Es receptiva, cálida, contenedora, confiable, segura. Es nuestra madre, el útero, la "madre tierra".
Con el agua se hace fértil. Tiene características de estabilidad, continuidad, solidez, practicidad. Sostiene, da y mantiene la forma. Es perdurable, física, sensorial, sensual, no intervienen ideas, conceptos ni creencias. Es materia. La tierra tiende a resistirse al cambio. El fuego desea cambiar las cosas, la tierra intenta sacar el mejor partido posible de lo establecido. Las lunas de tierra son buenas para sembrar. Para dar más energía a algo que deseamos que se mantenga, para dar continuidad y estabilidad.
El aire es masculino, activo. Comparte con el fuego su carácter animado. El fuego se eleva mientras que el aire se mueve horizontalmente relacionando todo lo que encuentra a su paso. Nos trae olores, pensamientos, sonidos, semillas. Transporta ideas y objetos. Se asocia con el pensamiento y la lógica, es desapegado y objetivo, superficial y rápido. Su fuerza es su visión clara y objetiva, su punto débil son las emociones. Es excelente para observar, planear, organizar.
El aire y el fuego son abstractos, pierden contacto con la realidad física y las consideraciones prácticas. El fuego tiene un carácter personal mientras el aire tiene carácter social.
Las Lunas de Aire sirven para comunicar, para proyectos que involucren la mente, el intelecto y cualquier tipo de lenguaje. Sirven para todo aquello que necesite de movimiento y versatilidad.
El agua es el más Yin de los elementos, el más vinculado con el arquetipo maternal y femenino. Es el principio que protege, nutre, da vida.
Imaginación, intuición, sentir, crear, arte, poesía, música; todos estos conceptos representan al agua.
Así como el fuego se eleva, el aire se mueve horizontalmente y la tierra permanece inmóvil, el agua tiende a hundirse y a penetrar. Se mueve hacia abajo hasta rodear las raíces de todas las cosas.
El estilo del agua es captarlo todo como totalidad, no es lineal, no es racional, se trata del mundo emocional: del sentir y la empatía.
Cuando hablamos de la realidad cotidiana nos referimos a la tierra, cuando hablamos del universo, de un todo, de englobar; nos referimos al agua.
Las lunas de agua son buenas para cualquier cosa que requiera un proceso intuitivo, emocional, globalizante, integrador. Las lunas de agua nos conectan con el inconsciente colectivo, borran las fronteras entre los diferentes niveles de realidad. Son totalmente incluyentes, no discriminan. Nos envuelven a todos en una especie de matriz enorme y tienen la capacidad de fundirnos.
El astrólogo al analizar una Carta Natal tiene muy en cuenta la luna: la fase en la que se encuentra, su signo, con qué planetas hace aspecto, cómo se integra con el resto de la carta, qué área de la vida nos afecta. El conocimiento de la luna en la carta natal nos ayuda a re-conocer nuestros mecanismos infantiles y modificarlos.
Lic. Alicia Mabel Alfuso