Desde mi formación como Terapeuta Floral y Astróloga Humanística el trabajo terapéutico que realizo integra ambas disciplinas.
Ya en 1930 Bach hablaba de esta conjunción diciendo: Fundamentalmente existen doce tipos primordiales de personalidad, y cada uno tiene un aspecto positivo y otro negativo. Estos tipos de personalidad nos los muestra la Luna, según en qué signo del zodiaco se hallaba en el momento del nacimiento.
El Dr. Bach se refiere a la astrología a la hora de utilizar la posición natal de la luna para determinar nuestra tipología, el objetivo y finalidad de la vida, además del remedio que apoyará dicho objetivo.
Bach encontró la analogía entre ambas disciplinas cuando relacionó sus primeros 12 remedios florales, dirigidos a 12 tipos de personalidad con los 12 signos astrológicos, específicamente a los correspondientes los que se encuentra la luna del consultante en su carta natal.
La luna es el planeta que habla de nuestras emociones más infantiles: miedo, terror, incertidumbre, desconfianza, celos, envidia; sentimientos a los que volvemos cada vez que tenemos que vivir un acontecimiento o situación que nos resultan amenazantes y desconocidas.
La astrología, se convierte en una importante fuente de auto-conocimiento, además de un excepcional apoyo para el auto-crecimiento. La carta astral representa la herramienta del alma para conducir a la personalidad en el proceso del aprendizaje.
Las esencias florales representan un elixir capaz de impulsar a nuestra personalidad hasta el punto de reconducirla hacia los auténticos dictados del alma.
Cuando interpretamos la carta astral, es habitual que la persona nos manifieste sus dificultades emocionales y existenciales en la vida. Si bien podemos orientarle y sugerir itinerarios apropiados que ayuden a su desarrollo personal, basándonos en la configuración energética representada en su tema natal, el trabajo personal del consultante se potencia con la Terapia Floral.
A veces, la interpretación de la carta astral puede ser un detonador de cambios significativos en la vida personal, cuando el individuo se responsabiliza y acepta su propio potencial. Pero otras veces, los conflictos son demasiado complejos o inconscientes, y se requieren ciertos apoyos o estrategias terapéuticas, que superan nuestra función como astrólogos.
Las Flores de Bach actúan a nivel energético sutil a través de su vibración, ayudando a resolver estados anímicos negativos en las personas; y su utilización es también aplicable a animales y plantas. Se trata de remedios que -en la línea que hemos comentado- no tienen contraindicaciones ni efectos secundarios de ningún tipo, y que fueron declarados de interés por la Organización Mundial de la Salud en el año 1976.
El Dr. Edward Bach sostenía que "la enfermedad no es material en su origen", y que el trastorno psicológico que la genera proviene de dos errores fundamentales: La personalidad no actúa en armonía con su alma, ya que vive en la ilusión de estar separada. Si la personalidad obra en contra de las intenciones de su Yo Superior y de su alma, lo hace también automáticamente contra los intereses de la Gran Unidad con la que su alma está ligada energéticamente.
Las Flores de Bach pueden ser de gran utilidad, para ayudar a la persona en la superación determinados conflictos analizados en la consulta astrológica. Y recíprocamente, la astrología puede prestar una valiosa ayuda en la elección de los remedios florales adecuados para cada caso. En definitiva la colaboración entre la astrología y las Flores de Bach se revela como una estrategia beneficiosa para encauzar la propia vida de forma más saludable y armoniosa.
Lic. Alicia Mabel Alfuso