Cada vez más, los padres consultan por problemas de conductas en los niños tanto en lo que hace a los vínculos familiares, los vínculos con sus pares, su comportamiento en la escuela, su rendimiento escolar, etc.
Desde Bach el abordaje terapéutico es a partir de las emociones que despierta en el niño cada una de las situaciones que lo problematizan.
Para Edward Bach las emociones son la manifestación que nos informa de un desorden, las que de no tenerse en cuenta, con el tiempo, enferman nuestro cuerpo.
En los niños podemos detectar emociones tales como los celos por la llegada de un hermanito, la falta de tolerancia a la espera o a otras opiniones, el sentimiento de inferioridad o de sentirse no digno debido a cargadas de los compañeros, sentirse menospreciado o dejado de lado por alguno de sus padres o maestros, gran exigencia frente a sus obligaciones, paralizarse o sentir miedo ante un examen, hiperactividad en la escuela, conductas agresivas, pesadillas nocturnas, debilidad energética, dificultad para separarse de sus padres, manipulación para obtener lo que quiere, llamar continuamente la atención, etc.
Las esencias florales del Dr. Bach trabajan sobre el campo anímico-emocional ayudando a transformar errores en virtudes: el odio, el egoísmo y los celos en amor, la incertidumbre en certeza, la desconfianza en confianza, la intolerancia en tolerancia, la rigidez en flexibilidad.
Es posible también que conductas que a los padres le producen satisfacción tales como la prolijidad, el tener en cuenta las necesidades del otro, hacer todo bien, preocuparse excesivamente por el bienestar de su familia, pueden resultar un obstáculo en el niño. Por ejemplo: un niño que se preocupa excesivamente por la pulcritud o por el orden, es un niño que no hace lo que tiene que hacer un niño, que es estar ocupado en jugar y disfrutar. Es bueno que el niño sea ordenado pero no que ordenar sea su principal actividad. Es bueno que un niño sea pulcro, pero no que esto sea un obstáculo para jugar libremente. Es bueno que un niño sea aplicado, pero no que se sienta angustiado o le duela la panza cuando no puede hacer todo perfecto.
La Terapia Floral del Dr. Edward Bach es justamente eso "una terapia" en la que se incluye los preparados florales.
En los niños el diagnóstico y abordaje es distinto según el caso. Siempre el niño concurrirá con los padres, con quienes se hablará primero, y luego según la edad: en algunos casos el niño jugará, en otras dibujará y en otras hablará con el terapeuta.
Cuando la problemática del niño tiene que ver con los vínculos familiares será conveniente incluir en la consulta a la familia o a los miembros de la misma que quieran participar de los encuentros. En caso de tratarse de temas escolares puede hacerse un trabajo conjunto con la maestra o, de estar en tratamiento, con el profesional que esté atendiendo al niño.
Los resultados, de la Terapia Floral en niños, son realmente sorprendentes, ya que los niños son muy permeables a los cambios.
Lic. Alicia Mabel Alfuso