El embarazo es una etapa particular y única. Resulta llena de alegrías, miedos, expectativas, cambios y desafíos para cada miembro de la familia en especial para la mujer que está engendrando el nuevo ser.
El anuncio del embarazo llena a veces de alegría y otras de cuestionamientos y dudas naturales acerca de todo lo que ello implica; pues habrá grandes transformaciones en el proyecto de vida, en los ritmos y posibilidades del propio cuerpo para la mujer y en el ritmo mismo de todas las relaciones y actividades.
La mujer vive un proceso intenso de cambios corporales, a los cuales debe adaptarse y contribuir con un estilo de vida muchas veces distinto al que llevaba previo al embarazo.
La Terapia Floral facilita todo este proceso de cambio, potenciando y enriqueciendo estas nuevas experiencias, ya que ayuda a vivir y explorar la maternidad de manera consciente. Cuando una mujer se da el permiso para vivenciar todos los estados y momentos por los que transitará a lo largo de nueve meses, cuando reconoce y hace buen uso de esa magnífica y nueva energía que surge en esta etapa, seguramente ella también "renacerá", enriqueciendo su vida y la de aquellos que la rodean de manera permanente.
La Terapia Floral nos ayuda a lograr una armonización del estado emocional de la madre y/o del grupo familiar completo, lo que redunda en un mejor desarrollo del proceso corporal de la gestación. Está comprobado científicamente que un estado emocional armónico disminuye los riesgos inherentes al embarazo y parto, y permite un óptimo crecimiento y desarrollo del bebé, facilita un parto más rápido y seguro, mejora el estado del bebé al nacer y su adaptación al medio ambiente y por último facilita una lactancia exitosa, con todos los beneficios que ello implica para el bebé y su madre.
Como sabemos, las esencias florales son seguras, no tóxicas, sin contraindicaciones. Y al ser remedios de naturaleza energética y no química (es decir que no contienen los principios químicos activos de la planta), pueden ser tomadas durante el embarazo, parto y puerperio, etapas en las que por motivos de seguridad están contraindicados muchos medicamentos alopáticos, como así también de aplicación en bebés y niños, dada su inocuidad.
¿En qué situaciones específicas son de especial ayuda las Flores de Bach?
Dificultades para aceptar el embarazo
Miedo al embarazo
Miedo a los cambios corporales que implica el embarazo
Vómitos matinales
Alteraciones del apetito
Infecciones urinarias a repetición
Síntomas de interrupción del embarazo
Alteraciones del sueño
Dolor de espalda
Mejorar la conexión con el hijo
Ansiedad
Miedo al parto o, más específicamente, al dolor
Previo al parto
Depresión post parto
Problemas para la lactancia o antecedentes de ello.
Dificultades en el bebé al nacer, en relación a la lactancia, a la adaptación a la nueva vida, al ritmo del sueño, para dejar le teta o la mamadera, y frente a cada nuevo cambio.
En general los remedios florales tienen la cualidad de elevar nuestras vibraciones energéticas y abrirnos a la recepción del yo espiritual; de esta manera la Naturaleza, con su virtud particular, nos libera de lo que es la causa de la enfermedad. No hay verdadera curación si no hay cambio de perspectiva, paz espiritual y felicidad interior.
Los remedios florales ejercen una influencia notable sobre la personalidad y ayudan al bienestar general independientemente de la estructura caracterológica del individuo, pues serán eficaces aún cuando la persona no crea en su acción benéfica e independientemente del nivel de evolución de su conciencia, y su efecto puede ser aumentado sensiblemente mediante el trabajo conciente, lo que implica un trabajo terapéutico en el que la persona comprenda el proceso que lo ha llevado a su enfermedad y acompañe el proceso de su sanación.
Lic. Alicia Mabel Alfuso